miércoles, 28 de abril de 2010

LA HOMOFILIA COMO TRASTORNO EMOCIONAL

LA HOMOFILIA COMO TRASTORNO EMOCIONAL

"Todo el mundo dice que es normal". Muchas veces oigo esta afirmación, sobre todo de jóvenes afectados por el problema. En el capítulo siguiente explicaré por qué "todo el mundo" no es una expresión adecuada. Efectivamente, las personas de tendencia homosexual son a menudo informadas de su normalidad por médicos, psicólogos, e incluso sacerdotes, que añaden; "¿Por qué te preocupas por eso? Acepta que eres así, busca un amigo, apúntate a un club gay.... no hay nada que puedas hacer para evitarlo". Aunque son opiniones infundadas, están de moda. Vamos a proponer aquí una perspectiva como alternativa.

Para empezar, demostraré que la homosexualidad es un trastorno emocional que se manifiesta en la niñez y en la adolescencia. Después demostraré que, en muchos casos, aquellos que tienen esta tendencia pueden llevar a cabo un cambio profundo a mejor, con paciencia, dedicación y buena voluntad. 1

No es fácil dar en el punto adecuado. Como norma, los militantes homosexuales evitan la discusión abierta; tan sólo quieren oír que están en lo cierto. No hacen caso a los hechos y argumentos lógicos. Atacan y dramatizan su posición y, al parecer, tienen éxito con esta táctica. Su misma militancia nos obliga a reaccionar firmemente ante sus exigencias.

Pero tal vez haríamos mejor prestando más atención a los grupos homosexuales bienintencionados, no tan vociferantes y a menudo olvidados. Viven preocupados por su difícil situación y sus consecuencias: aislamiento social, soledad, la aparente condena a una soltería permanente. A menudo, se sienten infelices, inferiores e incluso desesperados. Debemos atender más aún a los que llevan una vida homosexual, pero que no encuentran paz en ella, o a los que se sienten condenados a repetir "nunca seré normal". No es un grupo pequeño. Cuando uno pregunta delicadamente en una conversación personal, resulta que la mayoría de los homosexuales están insatisfechos y desearían de algún modo cambiar "si fuera posible" 2.

En verdad, muchos homosexuales se resisten a ver sus sentimientos como neuróticos, a comprometerse en intentos reales de cambio. Debemos admitir, sin embargo, que sus vacilaciones son, al menos en parte, agravadas por las actitudes sociales imperantes. En todo caso, ellos - y todos los que tratan de mantener alejados sus sentimientos homosexuales- necesitan comprensión realista, no sobreprotectora o sentimental.

Necesitan coraje, pero también mirarse a sí mismos con actitud racional. Lo que sigue va especialmente dirigido a ellos, a sus cónyuges, si están casados con homosexuales, y a sus padres, los cuales (si no están confundidos por la propaganda de libración homosexual) se afligen por el camino tomado por sus hijos. Los que se enfrentan, en su trabajo o en su vida privada, a los problemas de colegas o amigos con tendencias homosexuales también encontrarán ayuda.

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