domingo, 18 de abril de 2010

POLOTICOS HOMOSEXUALES


Se hablaba hace unos días, en la mesa de debate de ‘La Noria’, de Telecinco, de las profesiones en las que la homosexualidad se oculta al cien por cien por miedo al fracaso profesional o comercial. Por ejemplo, destacaban el fútbol, los toros y la política. En este último terreno, altos cargos del Gobierno no se dejan ver en actos oficiales con sus actuales parejas del mismo sexo.

Sin embargo, en países donde la ley de matrimonio gay no está aprobada, como es el caso de Alemania, el presidente del Partido Liberal Alemán y ministro de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, ha presentado a su pareja Michael Mronz. Lo hizo en un viaje oficial de su gobierno a la República Popular China, país donde recientemente se había prohibido de forma inaceptable la elección del certamen ‘Mr. Gay China’, lo que nos demuestra que la homosexualidad no está considerada un delito por ley, pero sí es brutalmente perseguida y castigada.

El ministro Guido Westerwelle acaba de dar una lección de normalidad al mundo. No basta en España con ponernos la medalla de pioneros en la obtención de derechos gays, sino que deberíamos ser ejemplo para la sociedad y abrir nuestras mentes más allá del pensamiento morboso, para así poder centrarnos en la profesionalidad de las personas y no en la opción sexual que cada uno elija.

Me pregunto, ¿cuándo tendremos en España un presidente, ministro o jefe de la oposición que exprese abiertamente su orientación homosexual? ¿No es más fácil y honesto para uno y para los demás que vivir en una mentira a voces? Es sabido que numerosos altos cargos de la política nacional e internacional son homosexuales. Pero al contrario que sus compañeros heterosexuales, no se dejan ver con sus parejas allí donde van por miedo a perder sus carreras profesionales.

Es hora de que nuestros políticos, por primera vez, den un paso por delante de nosotros y se dejen ver tal cual son, con naturalidad. Normalizando una forma de vida ya aceptada. Avanzaríamos mucho en un país como España donde, cada vez más, la sociedad se distancia y no se ve reflejada en ellos. Pero este paso aún no se da por hipocresía. Y de esto sí que sabemos y nos sentimos orgullosos, porque siempre hemos sido pioneros.

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