miércoles, 19 de mayo de 2010

«La homosexualidad aún genera rechazo en provincias como Albacete»


A la provincia de Albacete aún le cuesta aceptar a un hijo 'de la otra acera'. Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales no se acostumbran a que susurren a sus espaldas, a que les miren mal en el trabajo o se insinúe que el suyo es un mal que, con suerte, tiene cura. Este colectivo sigue reivindicando normalidad y tolerancia, porque, aún hoy, para salir del armario en la provincia de Albacete hay que echarle valor. En junio, la Oficina Municipal de Información LGTB, creada especialmente para estos vecinos, cumplirá un año y celebrará haber ayudado ya a cerca de medio millar de albaceteños. Y es que el problema es el mismo de siempre: «La homosexualidad aún genera rechazo en provincias como Albacete». Así lo ponía de manifiesto ayer el presidente de la Asociación local AB-Lesgay, José Luis Sánchez.
Para Sánchez, Albacete sigue sufriendo los problemas de la «España profunda», de un pueblo donde todo el mundo se conoce y juzga sin profundizar. «Aún tenemos que escuchar animaladas como que lo nuestro es una enfermedad que se cura», denunciaba ayer, al tiempo que recordaba a una organización que lo ha criticado duramente que no tiene ningún convenio con la Delegación Provincial de Educación.
Más de 18.000 visitas en la página web y 450 intervenciones hasta el momento llevan a esta oficina municipal a advertir de que «la discriminación, los problemas en el trabajo, con los padres y con los amigos son los principales motivos por los que se acaba pidiendo ayuda».
AB-Lesgay instalaba ayer una mesa informativa en la Plaza del Altozano para reivindicar una ley integral sobre transexualidad y que haya un protocolo de actuación que unifique los criterios a seguir en intervenciones como la de cambio de sexo.
Estos albaceteños también quieren que la transexualidad deje de considerarse una enfermedad, un trastorno de identidad de género presente en los manuales de psiquiatría. De hecho, el primer paso para operarse dentro de la sanidad pública implica los informes favorables de psiquiatras, psicólogos y endocrinos.
Aunque sabe que su pretensión chocará de lleno con las organizaciones de padres católicas, AB Lesgay quiere que los centros educativos formen e informen sobre la diversidad, con el fin de erradicar el rechazo entre los alumnos y en función de su condición sexual.
Sin impunidad
Este colectivo considera también que ha llegado el momento de que no haya impunidad para quienes «denigren e insulten» a lesbianas, homosexuales, transexuales y bisexuales. AB-Lesgay sigue reivindicando que el Partido Popular retire el recurso de inconstitucionalidad contra la normativa que permite los matrimonios de personas del mismo sexo.
La organización quiere que se siga luchando contra el sida, así como pide un rechazo internacional a los países y estados que no respetan los derechos humanos. A la Iglesia le pide que condene a aquellos países que mantienen la pena de muerte para todo lo relativo a los derechos de los gays, lesbianas y transexuales.

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