miércoles, 19 de mayo de 2010

Ratzinger: “El matrimonio gay y el aborto son opuestos al bien común”

Para el Papa, el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo son opuestos al “bien común”. Benedicto XVI apoyó ayer en Fátima las iniciativas que tutelen la vida desde el momento de la concepción, así como la familia, “basada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer”. El Papa hizo esas manifestaciones en el discurso que dirigió a las asociaciones católicas dedicadas a la pastoral social, con las que se reunió en la iglesia de la Santísima Trinidad, de Fátima, tras la misa que celebró en la explanada del santuario luso, a la que asistieron más de medio millón de personas.

“Las iniciativas que tienen el objetivo de tutelar los valores esenciales y primarios de la vida, desde su concepción, y de la familia, basada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, ayudan a responder a algunos de los más insidiosos y peligrosos desafíos que hoy se oponen al bien común”, dijo el Papa.

El Obispo de Roma agregó que esas iniciativas constituyen “elementos esenciales para la construcción de la civilización del amor”.

Benedicto XVI expresó su “más profundo aprecio” a todas aquellas iniciativas pastorales y sociales “que intentan luchar contra los mecanismos socio-económicos y culturales que llevan al aborto y que defienden la vida y la reconciliación y curación de las personas heridas por el drama del aborto”.

El Pontífice afirmó que el amor incondicional de Jesús hacia los hombres obliga a éstos a entregarse gratuita y generosamente a los otros mediante la justicia y la caridad.

Tras resaltar la labor que estas instituciones realizan con los pobres, enfermos, detenidos, vagabundos, personas abandonadas, discapacitados, emigrantes, desempleados, etc., el Papa manifestó que la Iglesia no está capacitada para ofrecer soluciones prácticas a cada problema, pero sí está dispuesta a ayudar y ofrecer medios de salvación a todos. Benedicto XVI criticó la “presión de la cultura dominante” a la hora de realizar esa labor caritativa.

“La cultura dominante presenta con insistencia un estilo de vida basado en la ley del más fuerte y beneficios fáciles y atractivos, que acaban por influir sobre nuestro modo de pensar, nuestros proyectos y las perspectivas de nuestro servicio, con el riesgo de vaciarlo de esa motivación de la fe y la experiencia cristiana”, denunció Benedicto XVI.

Refiriéndose a las asociaciones católicas de ayuda, el Papa añadió que “es necesario que se vea clara su orientación, que asuman una identidad bien evidente”.

También exigió que se les conceda “autonomía e independencia de la política y de las ideologías”, aunque colaboren con los estados para alcanzar sus objetivos.

Medio millón de personas asistieron a la misa celebrada en Fátima, más que hace diez años, cuando el papa Juan Pablo II hizo la última visita de un pontífice al santuario.

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